14 de abril de 2012

¿Negatividad? Es mera apreciación de la realidad

Se fue a dormir con el recuerdo de un viejo amor que, años atrás, había significado algo...
La vida le pesaba, los pensamientos la sofocaban. La aturdían las miradas. Ser señalada no es fácil y mucho menos, por amar ambos sexos, sin discriminarlos. Lucía apreciaba en cada uno lo mejor, lo que lo distinguía. Siempre encontraba virtudes donde sólo había defectos. Pero el fin de su niñez se llevó consigo ese positivismo utópico, que se fue acumulando en forma de misantropía, de resentimiento hacia todo ser pensante.
Intentaba refugiarse en su cámara, aquella fiel compañera. La única capaz de pintar la realidad de una manera en que se apreciara "habitable". Se veían futuros esperanzadores, una naturaleza casi sana y llena de vida. Pero nada de eso podía ser real y nunca se puede fiar uno en aquello que nos cuenta el lente, que todo lo pinta de mil maravillas. Dejarse llevar por un conjunto de pixeles organizados estratégicamente para eliminar nuestra mentalidad cuya órbita está rodeada de electrones. "Negatividad, negatividad por acá, por allá". ¿Negatividad? Es mera apreciación de la realidad. Es aceptación. Incluso hasta cierto punto, resignación. Porque dos manos que quieran cambiar el mundo no alcanzan, pero sí para dejar de pedir esos cambios, humanamente imposibles.
Lucía destapó los ansiolíticos, lentamente. En el fondo, algo la motivaba mínimamente a permanecer en este mundo. Pero ese algo, tal vez una mezcla entre resentimiento e impotencia, no le sirvió para modificar su opinión. Bebió los restos de un whisky añejado, tomó todas las píldoras y su alma se escabulló por donde huyen los indignados.


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