9 de mayo de 2012

Gracias por dejarme ser

Ya todos sabemos que el trío autor-obra-lector camina de la mano por estos días. Ninguno de ellos funciona aisladamente; se necesitan, se complementan, se dan sentido el uno al otro. Ciertos textos quedan encerrados en un cajón, una hoja borrador desprolija, alocada, sucia y arrugada. Los leo y releo, los guardo para mí.  Me da pena no exhibir ciertas producciones, pero prefiero ser egoísta con muchos antes que dañar la susceptibilidad de una persona. Es demasiado importante y no quiero que piense en mi ficción como un hecho. Es sólo ficción. Mi mente plasmada en caracteres.
Otros, como éste, quedan viajando en algún lugarcito del inmenso ciberespacio, para llegar a los ojos de ustedes. Porque no sólo escribo para expresarme, escribo para que al menos un lector insignificante entre una multitud, se sienta identificado. O acompañado. Que sepa que no está solo.


Acá tengo mi grupo. Mi compañía. Los que me conocen en mi más pura versión. Y quiero dedicarles esto a todos los que me leen anónimamente, así como también a los que tímidamente me dejan sus opiniones que me llenan el alma. Gracias por dejarme ser.



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