24 de septiembre de 2013

Entre la vida y la muerte

Positivo. Ninguno de los dos lo esperaba, pero su sonrisa tan genuina, tan real, me hizo sentir que el nuevo ser que empezaba a gestarse en mí sería totalmente bienvenido.
Intenté imitarlo, fallando estrepitosamente. No estaba segura de querer tenerlo. O no estaba segura del rumbo que había tomado mi vida.
Estaba conviviendo con él desde que dejé la secundaria y una relación pasajera sin ánimos de prosperar desembocó en un noviazgo, ahora consumado por un embarazo no esperado. En sus ojos había amor, felicidad. No necesitaba palabras para expresarme sus más profundas emociones. Y yo, que tantas noches había dormido junto a él, que tantas mañanas lo desperté con caricias en su barbita y una taza de café calentita, que tantas tardes le había cantado hasta terminar en el sillón, acurrucados, hoy apenas podía decir que lo quería.
Porque había alguien más.
Y sí, me gustaría poder decir que ahora podría amar a mi bebé más que a nada en el mundo; sin embargo no era él quien se hacía acreedor de mi corazón. Hubo alguien, alguien anterior a Gabo.
Traté de olvidarlo, con éxito, hasta hoy. Era el hombre con el cual habíamos planeado nuestra vida entera juntos y por razones de fuerzas ajenas a nosotros, el universo estaba empeñado en separarnos.
Entonces yo estaba ahí, mirando a Gabo, lleno de esperanzas besando mi vientre, sabiendo bien que él era un usurpador. Que en su lugar debía estar Luca. Que yo estaba fingiendo y que, de no tomarme diez segundos para respirar y despejar mis pensamientos, lo habría abandonado y habría corrido a los brazos de quien fue mi primer amor y aún seguía robándome un suspiro cuando lo recordaba.


¿por qué no puedo dejarlo ir?                     pasaron siete años y ocho meses desde la última vez que lo vi
estoy feliz con mi vida acá
necesito soltarlo de una vez
gabo me ama y yo a él                                                     ¿lo amo? no sé
posiblemente lo quiera muy fuerte, como a un amigo o un hermano
me hace bien estar con él
que deje de mirarme, ¿por qué me mira así, con amor?
me intimida, debe saber que algo me sucede y estoy tan sumergida en mi mente que ni sé esbozar una expresión relajada

De repente, silencio.






Oí un disparo. Creo que él no lo notó. Seguía sonriendo.
Luca había muerto. Yo lo maté. Su fantasma dejó de atormentarme desde entonces.
Respiré hondo y miré a Gabo. "Te amo", le dije, casi inconsciente de las palabras que pronunciaba. Esta vez era sincero, verdadero. Entendí que no necesitaba pensarlo mucho, que no había pasado siete años de mi vida con un completo desconocido sólo para llenar el vacío de un viejo amor que no fue. De verdad lo amaba. Había cambiado mi vida. Y ahora, lo único que importaba era lo que nos esperaba por delante. A los tres.

1 comentario:

  1. Esto me gustó mucho. Y con el disparo pensé que la minitah había actuado como minitah. Pero no, se comportó. AJAJAJ sos grosa Iarus♥

    ResponderEliminar

¿Te causó algo? ¿Gracia, odio, empatía, tristeza? Dejame tu comentario, hacémelo saber y compartamos opiniones. No por nada tenemos criterio.