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Cierren los ojos un momento e intenten recordar todos los momentos vividos con su pareja.

El día en que se conocieron, las primeras salidas, el día en que comenzaron a caminar juntos de la mano, cuando te presentó con sus amigos y su familia, el primer "te amo", los regalos, el primer beso, las siestas que durmieron juntos, los apodos que se inventaron, las canciones que cantaron, las horas que hablaron por teléfono, el día en que te despojó de tus complejos e hicieron el amor, las infinidades de fotos que tienen juntos en tu cámara, otras tantas que subieron a Internet, las peleas, los abrazos eternos, lo difícil de despedirse hasta el próximo día.

Ahora borren todo eso de su memoria por un segundo y traten de imaginarse la misma relación pero acumulando los abrazos que no le diste cuando los necesitó, guardándole miles de besos por cada "Te amo" que te escribió, anhelando dormir juntos aunque fuera una noche, para dejar de soñar con él y empezar a soñar junto a él. Sonriéndole por cámara web cada vez que te halagaba lo lindo que tenías el pelo ese día, merendando sin poder convidarse galletitas, cantándole con delay, imaginándote que te acaricia las mejillas mientras seca tus lágrimas. Contar los días que faltan para poder encontrarse de una vez por todas.

Duele no poder sentir a esa persona cerca, ¿no?

Eso es la distancia. Potencia tanto los sentimientos que puede llegar a romper corazones.