Para vos tan sólo soy un número más en el paño del azar. Me tuviste todo el tiempo rodeada de negros, colorados, pares, impares, docenas, entre los que nunca me pusiste como prioridad. Sabías bien en qué consistía el juego y podías predecir con increíble exactitud sobre qué número de la rueda se detendría la bola. Y yo desde mi lugar te observaba detalladamente, mientras murmurabas la cifra ganadora a la par del croupier con sincronicidad indefectible.
Infinitas veces había oído mi nombre. Sin embargo, pocas personas depositaban su confianza en mí. Porque soy el número de la mala suerte, o quizá porque soy un simple "negro el 17" y puede que no valga mucho, pero vos no apostarías una ficha por mí.
Como nunca lo hiciste, como nunca lo vas a hacer.
la pura realidad.
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