4 de agosto de 2014

Confesiones II (para escribir en una cartita y que las leas cuando yo no esté cerca)

      Si el mundo se me viniera abajo, le pediría unos segundos de gracia para mirarte a los ojos, esos ojos que encuentran los mios y me hacen sentir eterna, eternos.


      Te extraño lo suficiente como para no abandonarte y no tanto como para que me seas indispensable. Vivir con vos es la gloria. Sin vos, una aventura.


      Qué lindo es el capullo de tus abrazos cuando me siento una oruga que nunca llega a ser mariposa.


      Las peleas ocasionales hacen que los momentos felices se disfruten más.
                 (igual sigo odiando pelearnos)


      Mi almohada me dijo que te tiene envidia porque ya no la abrazo como antes.


      En vez de dormir cómoda en mi cama de una plaza, prefiero dormir en un rinconcito de la tuya. El espacio que sobra duele, porque le falta alguien ahí, ocupándolo todo.


      A veces te observo y no pùedo creer que seas real. Descarté alucinaciones y esquizofrenia porque mi familia tambien te ve (menos mal).


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Te causó algo? ¿Gracia, odio, empatía, tristeza? Dejame tu comentario, hacémelo saber y compartamos opiniones. No por nada tenemos criterio.