11 de agosto de 2014

Poner las ideas en remojo

Me pregunto a quién pretendo hablarle cuando escribo, con un insomnio que me parte la cabeza en dos y un enigma sin resolver: tu indescifrable amor.

¿En verdad me amás?
Ahora, mientras te decepciono. Mientras te exijo más de la cuenta. ¿En verdad me amás? ¿O sólo sabés que diciéndome lo contrario, que me detestás, romperías mi corazón? ¿Ya descubriste cuánto poder tenés sobre mí?

¿En verdad me amás así?
Cuando pierdo tus cosas por guardarlas en otro lugar. Cuando duermo con la cama sin hacer. Cuando me distraigo y no te escucho.

¿En verdad me amás en esos momentos?
Cuando me pedís algo y terminás haciéndolo vos porque prefiero continuar con mis cosas. Cuando no sé valorar tus muestras de cariño.

¿En verdad me amás ahora?
Cuando llego tarde por arreglarme un poquito más. Cuando cuento secretos nuestros que te avergüenzan. Cuando te critico y no tengo razones.


Espero que sepas amarme en mis peores versiones, porque detrás de ellas también se encuentran mis mejores papeles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Te causó algo? ¿Gracia, odio, empatía, tristeza? Dejame tu comentario, hacémelo saber y compartamos opiniones. No por nada tenemos criterio.