3 de septiembre de 2014

Las relaciones no se rescatan

Cuando utilizan frases como "intentemos salvar la pareja", "salir juntos nos va a hacer recordar viejos tiempos" o "recuperemos el amor", significa que todo está perdido.
Salvar una relación no es como salvar a alguien que cayó de un barco y necesita un salvavidas para llegar a la orilla. Más bien, cuando la situación sentimental cae en el mar, termina hundiéndose por su propio peso. Porque está cargada de desacuerdos, de distancias, de odio, de celos, de resentimiento.
Cualquier persona en pareja y con los pies sobre la tierra, sabrá reconocer en su compañero o compañera defectos naturales de ser un humano y no una divinidad. Sabrá entender que cada ser es único y por tanto, tiene gustos personales, preferencias que pueden variar con las del otro. Y sabrá vivir en armonía, teniendo discusiones ocasionales o malentendidos culpa de errores de comunicación.
Las relaciones no son perfectas. Cada uno aprende a vivir con imperfecciones y las hace perfectas. Porque, al fin y al cabo, al elegir a alguien, lo hacemos habiéndonos enamorado de sus aciertos, pero también aceptando sus errores.
Llegar al punto crítico donde se requieren manotazos de ahogado para no hundirse en la separación, denota que, al menos una de las partes, no está interesada en continuar con el vínculo que alguna vez la unió a quien parece ser un extraño.

Las relaciones no se rescatan. Pero es necesario que algunos crean fervientemente que se puede. De lo contrario, ¿de qué trabajarían los que ofrecen terapia de pareja?

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