15 de septiembre de 2014

De amores y elecciones

Pasar mis vacaciones en tu sonrisa. O acampar en tus brazos.
Atreverme a gritar bajito que te quiero sin pensar si es lo correcto.
Perder el miedo en tu mirada. Encontrarte buscando la mía.

Sin hablar de horizontes y sin pensar en el futuro, te elijo hoy. Con la completa consciencia de que todo es efímero y de que un día te irás en busca de otros mundos, de otras galaxias.
Te disfruto hoy porque ayer ya pasó y el mañana es una nueva aventura desconocida.
Hoy, cuando al mirarte a esos ojos inmensos me siento pequeña, pero protegida.
Cuando posar mis labios en los tuyos me hace levantarme un poco del suelo y me hace vibrar las entrañas.
Tus dedos entrelazados con los míos danzando al compás de nuestros descoordinados pasos, diciéndome que me quieren tuya. Y yo, diciéndote que te quiero mío para siempre.
Esas lágrimas que, de vez en cuando, se animan a escapárseme y que tus palabras acaban por evaporar.

Y te observo dormido y no existe en ese instante nada más mágico y real que verte soñar, tan pacífico, tan calmado. Tan vos.
Qué pena siento por aquellas personas que no pueden despertarse con el amor de su vida y dedicarle la primer sonrisa de la mañana. Qué pena, porque ahora que puedo, no quiero dejar de hacerlo nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Te causó algo? ¿Gracia, odio, empatía, tristeza? Dejame tu comentario, hacémelo saber y compartamos opiniones. No por nada tenemos criterio.